Procrastinar no es solo “dejar las cosas para después” es una forma de reaccionar ante la presión, el miedo o la inseguridad. La procrastinación adopta muchas formas y se manifiesta de manera diferente en cada persona. Cada uno puede tener una tendencia hacia un tipo de procrastinación o una combinación de diferentes perfiles.
Quiere hacer las cosas tan bien que siente que necesita las condiciones perfectas para empezar. Espera el momento ideal y posterga las tareas esperando ese momento perfecto que difícilmente llegará.
El mecanismo psicológico que habría detrás es el miedo al error, al juicio externo o a la propia decepción.
La frase típica sería: “Hasta que no esté totalmente preparado, no empiezo.”
Cuando hay que tomar decisiones necesita un nivel de seguridad que le impide poder elegir y actuar. Aplaza indefinidamente la elección hasta tener una gran certeza de estar eligiendo correctamente. Esto lleva al bloqueo y la parálisis. El mecanismo psicológico detrás sería la inseguridad y el miedo a equivocarse.
La frase típica sería: “No sé cuál es la mejor opción. ¿Y si me equivoco?”
Procrastina porque su estado emocional influye directamente en sus decisiones. Tiende a priorizar el placer inmediato. El mecanismo psicológico detrás de este perfil es la baja tolerancia al aburrimiento, la frustración y la necesidad de estimulación constante.
La frase típica sería: “Ahora no me apetece, más tarde me será más fácil.”
Evita tareas o acciones que conllevan cierto grado de estrés, inseguridad o malestar emocional. Puede estar siempre ocupado, pero en actividades secundarias. Es una forma de esquivar las tareas desagradables con la excusa de la falta de tiempo. El mecanismo psicológico de este perfil sería evitar el estrés, la sensación de vulnerabilidad y el sentimiento de incompetencia.
La frase típica sería: “Prefiero no pensarlo ahora, que solo de imaginarlo ya me agobio.”
En este caso, la procrastinación surge más por la falta de planificación y estructura que por evitar un malestar emocional. Se organizan mal el tiempo. No tiene una visión clara de lo que quiere lograr, ni un plan para hacerlo. El mecanismo psicológico detrás de este perfil es la alta impulsividad, la dificultad para priorizar y la poca capacidad de organizarse y seguir un plan.
La frase típica sería: “No sé qué hice con el tiempo, pero ya no llego.”
Reconocer en qué tipo de procrastinador nos vemos reflejados es una herramienta que nos ayuda a entender nuestra manera de reaccionar y los automatismos que nos impiden avanzar.
En el próximo artículo, comparto algunos consejos generales que pueden ayudarte a no caer en las trampas de la procrastinación. Porque, como vimos, lo importante no es acabarlo todo, lo importante es empezar.Puedes ver cada vez que salga un nuevo artículo desde tu lector de Feed RSS. Solo tienes que añadir la URL de la página que sale al hacer click sobre este enlace a tu lector de Feeds RSS.
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